miércoles, 23 de mayo de 2018

¿QUE ES Y PARA QUE SIRVE LA EVALUACIÓN DE DESEMPEÑO SEGÚN EL DECRETO 1278/2002?

Una organización necesita medir la eficacia del trabajo ejecutado y realizar los ajustes que le permitan lograr sus objetivos. Evaluar el desempeño de las personas en su trabajo no es una tarea fácil, a menudo se plantean interrogantes, ante los cuales, las personas tienen respuestas muy diferentes.

Lo que pretende la evaluación es identificar los aspectos que necesitan ser mejorados para establecer planes de formación, reforzar sus técnicas de trabajo y gestionar el desarrollo profesional de sus trabajadores.

Es importante resaltar que se trata de un proceso sistemático y periódico. Se establece de antemano lo que se va a evaluar y de qué manera se va a realizar y se limita a un periodo de tiempo, que normalmente es anual o semestral. Al sistematizar la evaluación se establecen unas normas estándar para todos los evaluadores de forma que disminuye el riesgo de que la evaluación esté influida por los prejuicios y las percepciones personales de éstos.

El propósito fundamental del sistema de evaluación según el decreto 1278 es el de mejorar la calidad educativa en todos los niveles garantizando que la docencia sea ejercida por educadores idóneos, partiendo del reconocimiento de su formación, experiencia, desempeño y  competencias como los atributos esenciales que orientan todo lo referente al ingreso, permanencia, ascenso y  retiro del servidor docente y buscando con ello una educación con calidad y un desarrollo y crecimiento profesional de los docentes.



 ¿QUÉ ES REALMENTE LA EVALUACIÓN DE DESEMPEÑO PARA LOS DOCENTES COLOMBIANOS?
actualmente solo sirve para coleccionar evidencias de un proceso que termina en el papel, donde (con lastima lo digo) termina simplemente siendo un requisito para ganar una buena calificación, porque muere allí, en un archivo, como una coleccción de folios que nadie se preocupa por revisar mas adelante como insumo para el mejoramiento Institucional.
Calificar y no cualificar, castigar y no incentivar, estresar y no motivar, se ha convertido en el pan de cada día para aquellos rectores que no ven la evaluación de desempeño como una oportunidad maravillosa de enriquecer el quehacer pedagógico dentro de la Institución.  Aclaro,  existen rectores consecuentes con la misión educativa que todos tenemos dentro de nuestro quehacer y motivan a sus maestros liderando procesos para lograr una meta común donde los beneficiados siempre serán nuestros estudiantes, pero también existen Rectores perseguidores, cazadores de maestros, castradores de la creatividad e iniciativa docente, que benefician con buenas calificaciones a quienes les sirven como borregos y castigan con cacería y acoso a quien se sale de los parámetros cuadriculados que están dentro de unos lineamientos impuestos por personajes que confunden el liderazgo con el sometimiento de sus maestros, buscando tener borregos y no seres críticos y constructivos en el quehacer pedagógico.

PARA QUE DEBERÍA SER ÚTIL LA EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO DOCENTE?

 Debería posibilitar el diseño de estrategias y medidas de refuerzo y crecimiento profesional pertinentes y ajustadas a las condiciones y necesidades reales de cada docente. Es evidente que las necesidades de formación y capacitación de los docentes son diversas y que las propuestas uniformes y monocordes terminan siendo útiles sólo para un grupo pequeño a cuyas necesidades responde.

Debería ser un sistema de evaluación participativo, con criterios concordados y procedimientos auto y co-evaluativos, que permita lograr un mayor nivel de compromiso de cada docente con las metas, los objetivos y las personas involucradas en el proceso educativo.

Debería permitir el empoderamiento y la responsabilización individual y colectiva de todos los ciudadanos respecto a las grandes metas y objetivos educativos nacionales, regionales, locales o institucionales, y a sus resultados.

Debería ser un insumo fundamental para el enriquecimiento de las propuestas y el currículo de las instituciones formadoras de docentes.

Debería  incentivar a cada docente  el delineamiento de metas y objetivos personales de crecimiento profesional.

 Finalmente, debería ser útil para calificar y clasificar a los docentes en un escalafón o en los niveles de la carrera magisterial, para determinar si cuentan con las condiciones adecuadas para asumir una función o un cargo determinados,  aplicando incentivos y estímulos o medidas punitivas a docentes individuales o a colectivos docentes.

Lo cierto es que la evaluación de desempeño debería servir para tantas cosas enriquecedoras a favor de las Instituciones Educativas, pero actualmente solo sirve para coleccionar evidencias de un proceso que termina en el papel, donde (con lastima lo digo) termina simplemente siendo un requisito para ganar una buena calificación, porque muere allí, en un archivo, como una coleccción de folios que nadie se preocupa por revisar mas adelante como insumo para el mejoramiento Institucional.
Calificar y no cualificar, castigar y no incentivar, estresar y no motivar, se ha convertido en el pan de cada día para aquellos rectores que no ven la evaluación de desempeño como una oportunidad maravillosa de enriquecer el quehacer pedagógico dentro de la Institución.  Aclaro,  existen rectores consecuentes con la misión educativa que todos tenemos dentro de nuestro quehacer y motivan a sus maestros liderando procesos para lograr una meta común donde los beneficiados siempre serán nuestros estudiantes, pero también existen Rectores perseguidores, cazadores de maestros, castradores de la creatividad e iniciativa docente, que benefician con buenas calificaciones a quienes les sirven como borregos y castigan con cacería y acoso a quien se sale de los parámetros cuadriculados que están dentro de unos lineamientos impuestos por personajes que confunden el liderazgo con el sometimiento de sus maestros, buscando tener borregos y no seres críticos y constructivos en el quehacer pedagógico.


Sueño con el día en el cual nuestro Ministerio de Educación comprenda que una calificación no puede medir la riqueza inmensa que todos los maestros aportamos día a día en nuestro quehacer pedagógico y la inmensa riqueza creativa y sabia que recibimos de nuestros estudiantes. Que entiendan que desde el momento que un maestro y sus estudiantes pisan el aula de clases, todo se convierte en un mundo de ideas y aprendizaje mutuo que nos hacen volar y viajar por el mundo del conocimiento, de la invención y la reflexión.

EVALUACION DE DESEMPEÑO

El propósito fundamental del sistema (de evaluación) es el de mejorar la calidad del desempeño de los profesores y profesoras en todos los niveles, en función de un mejoramiento de la educación ofrecida en los establecimientos del país.

PARA QUE DEBERÍA SER ÚTIL LA EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO DOCENTE?

 Debería posibilitar el diseño de estrategias y medidas de refuerzo y crecimiento profesional pertinentes y ajustadas a las condiciones y necesidades reales de cada docente. Es evidente que las necesidades de formación y capacitación de los docentes son diversas y que las propuestas uniformes y monocordes terminan siendo útiles sólo para un grupo pequeño a cuyas necesidades responde.

Debería ser un sistema de evaluación participativo, con criterios concordados y procedimientos auto y co-evaluativos, que permita lograr un mayor nivel de compromiso de cada docente con las metas, los objetivos y las personas involucradas en el proceso educativo.

Debería permitir el empoderamiento y la responsabilización individual y colectiva de todos los ciudadanos respecto a las grandes metas y objetivos educativos nacionales, regionales, locales o institucionales, y a sus resultados.

Debería ser un insumo fundamental para el enriquecimiento de las propuestas y el currículo de las instituciones formadoras de docentes.Debería  incentivar a cada docente  en el delineamiento de metas y objetivos personales de crecimiento profesional.

 Finalmente, debería ser útil para calificar y clasificar a los docentes en un escalafón o en los niveles de la carrera magisterial, para determinar si cuentan con las condiciones adecuadas para asumir una función o un cargo determinados,  aplicando incentivos y estímulos o medidas punitivas a docentes individuales o a colectivos docentes.

Lo cierto es que la evaluación de desempeño debería servir para tantas cosas enriquecedoras a favor de las Instituciones Educativas, pero actualmente solo sirve para coleccionar evidencias de un proceso que termina en el papel, donde (con lastima lo digo) termina simplemente siendo un requisito para ganar una buena calificación, porque muere allí, en un archivo, como una coleccción de folios que nadie se preocupa por revisar mas adelante como insumo para el mejoramiento Institucional.
Calificar y no cualificar, castigar y no incentivar, estresar y no motivar, se ha convertido en el pan de cada día para aquellos rectores que no ven la evaluación de desempeño como una oportunidad maravillosa de enriquecer el quehacer pedagógico dentro de la Institución.  Aclaro,  existen rectores consecuentes con la misión educativa que todos tenemos dentro de nuestro quehacer y motivan a sus maestros liderando procesos para lograr una meta común donde los beneficiados siempre serán nuestros estudiantes, pero también existen Rectores perseguidores, cazadores de maestros, castradores de la creatividad e iniciativa docente, que benefician con buenas calificaciones a quienes les sirven como borregos y castigan con cacería y acoso a quien se sale de los parámetros cuadriculados que están dentro de unos lineamientos impuestos por personajes que confunden el liderazgo con el sometimiento de sus maestros, buscando tener borregos y no seres críticos y constructivos en el quehacer pedagógico.

Sueño con el día en el cual nuestro Ministerio de Educación comprenda que una calificación no puede medir la riqueza inmensa que todos los maestros aportamos día a día en nuestro quehacer pedagógico y la inmensa riqueza creativa y sabia que recibimos de nuestros estudiantes. Que entiendan que desde el momento que un maestro y sus estudiantes pisan el aula de clases, todo se convierte en un mundo de ideas y aprendizaje mutuo que nos hacen volar y viajar por el mundo del conocimiento, de la invención y la reflexión.



EL VIAJERO EXTRAVIADO

Erase un campesino suizo, de violento carácter, poco simpático con sus semejantes y cruel con los animales, especialmente los perros, a los que trataba a pedradas.

Un día de invierno, tuvo que aventurarse en las montañas nevadas para ir a recoger la herencia de un pariente, pero se perdió en el camino. Era un día terrible y la tempestad se abatió sobre él. En medio de la oscuridad, el hombre resbaló y fue a caer al abismo. Entonces llamó a gritos, pidiendo auxilio, pero nadie llegaba en su socorro. Tenía una pierna rota y no podía salir de allí por sus propios medios.

-Dios mío, voy a morir congelado...

-se dijo.

Y de pronto, cuando estaba a punto de perder el conocimiento, sintió un aliento cálido en su cara. Un hermoso perrazo le estaba dando calor con inteligencia casi humana. Llevaba una manta en el lomo y un barrilito de alcohol sujeto al cuello. El campesino se apresuró a tomar un buen trago y a envolverse en la manta. Después se tendió sobre la espalda del animal que, trabajosamente, le llevó hasta lugar habitado, salvándole la vida.

¿Sabéis, amiguitos qué hizo el campesino con su herencia? Pues fundar un hogar para perros como el que le había salvado, llamado San Bernardo. Se dice que aquellos animales salvaron muchas vidas en los inviernos y que adoraban a su dueño...