Una organización necesita medir la eficacia del trabajo ejecutado y realizar los ajustes que le permitan lograr sus objetivos. Evaluar el desempeño de las personas en su trabajo no es una tarea fácil, a menudo se plantean interrogantes, ante los cuales, las personas tienen respuestas muy diferentes.
Lo que pretende la evaluación es identificar los aspectos que necesitan ser mejorados para establecer planes de formación, reforzar sus técnicas de trabajo y gestionar el desarrollo profesional de sus trabajadores.
Es importante resaltar que se trata de un proceso sistemático y periódico. Se establece de antemano lo que se va a evaluar y de qué manera se va a realizar y se limita a un periodo de tiempo, que normalmente es anual o semestral. Al sistematizar la evaluación se establecen unas normas estándar para todos los evaluadores de forma que disminuye el riesgo de que la evaluación esté influida por los prejuicios y las percepciones personales de éstos.
El propósito fundamental del sistema de evaluación según el decreto 1278 es el de mejorar la
calidad educativa en
todos los niveles garantizando que la docencia sea ejercida por educadores idóneos, partiendo del reconocimiento de su formación, experiencia, desempeño y competencias como los atributos esenciales que orientan todo lo referente al ingreso, permanencia, ascenso y retiro del servidor docente y buscando con ello una educación con calidad y un desarrollo y crecimiento profesional de los docentes.
¿QUÉ ES REALMENTE LA EVALUACIÓN DE DESEMPEÑO PARA LOS DOCENTES COLOMBIANOS?
actualmente solo sirve para coleccionar evidencias de un proceso que termina en el papel, donde (con lastima lo digo) termina simplemente siendo un requisito para ganar una buena calificación, porque muere allí, en un archivo, como una coleccción de folios que nadie se preocupa por revisar mas adelante como insumo para el mejoramiento Institucional.
Calificar y no cualificar, castigar y no incentivar, estresar y no motivar, se ha convertido en el pan de cada día para aquellos rectores que no ven la evaluación de desempeño como una oportunidad maravillosa de enriquecer el quehacer pedagógico dentro de la Institución. Aclaro, existen rectores consecuentes con la misión educativa que todos tenemos dentro de nuestro quehacer y motivan a sus maestros liderando procesos para lograr una meta común donde los beneficiados siempre serán nuestros estudiantes, pero también existen Rectores perseguidores, cazadores de maestros, castradores de la creatividad e iniciativa docente, que benefician con buenas calificaciones a quienes les sirven como borregos y castigan con cacería y acoso a quien se sale de los parámetros cuadriculados que están dentro de unos lineamientos impuestos por personajes que confunden el liderazgo con el sometimiento de sus maestros, buscando tener borregos y no seres críticos y constructivos en el quehacer pedagógico.
PARA QUE DEBERÍA SER ÚTIL LA EVALUACIÓN DEL DESEMPEÑO
DOCENTE?
Debería posibilitar el
diseño de estrategias y medidas de refuerzo y crecimiento
profesional pertinentes y ajustadas a las condiciones y necesidades
reales de cada docente. Es evidente que las
necesidades de formación y capacitación de los docentes son
diversas y que las propuestas uniformes y monocordes terminan siendo útiles
sólo para un grupo pequeño a cuyas necesidades responde.
Debería ser un sistema de evaluación
participativo, con criterios concordados y procedimientos auto y
co-evaluativos, que permita lograr un mayor
nivel de compromiso de cada docente con las metas, los
objetivos y las personas involucradas en el proceso educativo.
Debería permitir el empoderamiento y la
responsabilización individual y colectiva de todos los ciudadanos respecto
a las grandes metas y objetivos educativos nacionales, regionales, locales o
institucionales, y a sus resultados.
Debería ser un insumo fundamental para el
enriquecimiento de las propuestas y el currículo de las
instituciones formadoras de docentes.
Debería incentivar a cada docente
el delineamiento de metas y objetivos
personales de crecimiento profesional.
Finalmente, debería ser útil para calificar y
clasificar a los docentes en un escalafón o en los niveles de la
carrera magisterial, para determinar si cuentan con las condiciones
adecuadas para asumir una función o un cargo determinados, aplicando
incentivos y estímulos o medidas punitivas a docentes individuales o a colectivos docentes.
Lo cierto es que la evaluación de desempeño debería
servir para tantas cosas enriquecedoras a favor de las Instituciones
Educativas, pero actualmente solo sirve para coleccionar evidencias de un
proceso que termina en el papel, donde (con lastima lo digo) termina
simplemente siendo un requisito para ganar una buena calificación, porque muere
allí, en un archivo, como una coleccción de folios que nadie se preocupa por
revisar mas adelante como insumo para el mejoramiento Institucional.
Calificar y no cualificar, castigar y no incentivar,
estresar y no motivar, se ha convertido en el pan de cada día para aquellos
rectores que no ven la evaluación de desempeño como una oportunidad maravillosa
de enriquecer el quehacer pedagógico dentro de la Institución. Aclaro,
existen rectores consecuentes con la misión educativa que todos tenemos
dentro de nuestro quehacer y motivan a sus maestros liderando procesos para
lograr una meta común donde los beneficiados siempre serán nuestros estudiantes,
pero también existen Rectores perseguidores, cazadores de maestros, castradores
de la creatividad e iniciativa docente, que benefician con buenas
calificaciones a quienes les sirven como borregos y castigan con cacería y
acoso a quien se sale de los parámetros cuadriculados que están dentro de unos
lineamientos impuestos por personajes que confunden el liderazgo con el
sometimiento de sus maestros, buscando tener borregos y no seres críticos y
constructivos en el quehacer pedagógico.
Sueño con el día en el cual nuestro Ministerio de
Educación comprenda que una calificación no puede medir la riqueza inmensa que
todos los maestros aportamos día a día en nuestro quehacer pedagógico y la
inmensa riqueza creativa y sabia que recibimos de nuestros estudiantes. Que
entiendan que desde el momento que un maestro y sus estudiantes pisan el aula
de clases, todo se convierte en un mundo de ideas y aprendizaje mutuo que nos
hacen volar y viajar por el mundo del conocimiento, de la invención y la
reflexión.