miércoles, 29 de octubre de 2008

SIEMPRE LLENA DE GRACIA

“LLENA DE GRACIA”

EL NOMBRE MÁS BELLO

María, Virgen Inmaculada: Te saludamos
y te invocamos
con las palabras del ángel:

“Llena de gracia”, el nombre más bello
con el que el mismo Dios te llamó desde la eternidad.

“Llena de gracia” eres tú, María,
Llena del amor divino desde el primer instante
de tu existencia,
Providencialmente destinada a ser la
Madre del Redentor
e íntimamente asociada a Él
en el misterio de la salvación.

En tu Inmaculada Concepción resplandece
la vocación de los discípulos de Cristo,
llamados a convertirse con su gracia en
santos e inmaculados por el amor.

En Ti brilla la dignidad de todo ser humano,
que siempre es precioso a los ojos del Creador.
Quien te dirige la mirada, Madre totalmente santa,
no pierde la serenidad, por más duras
que sean las pruebas de la vida.

Si bien la experiencia del pecado es triste,
pues ensucia la dignidad de los hijos de Dios,
quien recurre a Ti descubre la belleza de la verdad
y el amor, y vuelve a encontrar el camino
que conduce a la casa del Padre.

“Llena de gracia eres” Tú, María,
quien al escoger con tu “Sí”
los proyectos del Creador,
nos abriste el camino de la salvación.

Enséñanos a pronunciar también nuestro
“Sí” a la voluntad del Señor.
Un “Sí” que se una a tu “Sí”,
sin reservas y sin sombras, del que ha querido
tener necesidad el Padre para
generar al hombre nuevo, Cristo,
único salvador del mundo y de la historia.

Danos la valentía para decir “no”
a los engaños del poder, del dinero, del placer;
a las ganancias deshonestas, a la corrupción,
y a la hipocresía, al egoísmo y a la violencia.
“No” al maligno,
príncipe mentiroso de este mundo.

“Si” a Cristo
que destruye la potencia del mal
con la omnipotencia del amor.

Nosotros sabemos que sólo los corazones
convertidos al amor, que es Dios,
pueden construir un futuro mejor para todos.

“¡Llena de gracia eres Tú, María!
Tu nombre es, para todas las generaciones,
prenda de esperanza segura.

Si, porque, como escribe Dante,
para nosotros los mortales,
Tú “eres fuente viva de la esperanza”.

Volvemos a recurrir a esta fuente,
al manantial de tu Corazón Inmaculado,
como peregrinos confiados
para sacar fe y consuelo,
alegría y amor
seguridad y paz.

Muéstrate Madre providente y misericordiosa
hacia el mundo entero
para que, respetando la dignidad humana y
rechazando toda forma de violencia y de explotación,
se sienten bases firmes para la civilización del amor.

Muestra que eres Madre, especialmente
de los más necesitados: de los indefensos,
de los marginados y excluidos,
de las víctimas de una sociedad que con frecuencia
sacrifica al hombre por otros fines e intereses.

¡Muestra que eres Madre de todos,
María y danos a Cristo, esperanza del mundo!

Muestra que eres Madre,
Virgen Inmaculada, ¡Llena de gracia!
Amén.
PAPA BENEDICTO XVI, Roma 8 – XI - 06
Bendita María, cúbreme con tu manto, guía mis pasos cada día, enséñame a ser dócil a la voluntad de Dios, dame cada día la fortaleza para seguir adelante a pesar de los inconvenientes que puedan presentarse, muéstrame el camino para llegar a Dios.
Bendita María protégeme siempre con tu amor de madre, enséñame el verdadero amor, el amor de Cristo.
En María he de encontrar todas las cualidades,
las más bellas, las más sublimes:
Sencillez, bondad, fé, humildad y amor.
Amor verdadero, amor del bueno,
amor por tí, amor por mí,
amor por este mundo en el cual
tu y yo nos desenvolvemos.
Un mundo en el cual un día c
ualquiera
se cruzaron nuestros destinos;
nada más hermoso que el amor cristiano.

Amar a María es amar a Cristo,
amarte a tí es amar a C
risto.

Es tan dulce el silencio de María,
tan mágico, tan celestial.

Es imposible tratar de comprender el universo
sin intentar amar a María.
CANCION MARIA MIRAME
María mírame, María mírame
si tu me miras Él también me mirará
Madre mía mírame, de la mano llévame
Muy cerca del ahí me quiero quedar

María, cúbreme con tu manto
que tengo miedo no se rezar
Que con tus ojos misericordiosos
Tendré la fuerza tendre la paz

María mírame...(coro)

María, consuelame de mis penas
Es que no puedo, ofenderle más
Que con tus ojos misericordiosos
Quiero ir al cielo y verlos ya.

María mírame...(coro)

En tus brazos, quiero...

Descansar.

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